Y estaba ahí frente a mí,
mirandome con el negro de sus ojos,
y con su sonrisa demacrada por no vivir.
Su expreción tan vacia como su alma,
sólo vestia su piel cuarteada y percudida,
mal adornada con su triste forma y postura.
No era más que un horrizono despojo
de un sueño perdido...
Y aún así su mirara se mantenía en la mía,
su precencia se mantenia constante,
como en ella las llagas de su boca que no decia nada.
Es tan debíl,
tan inútil,
tan fragil...
sin fuerza ni espiritu,
sólo un cuerpo en agonía...
¿Pero entonces?...
¿Por qué no puedo desvancerla?,
¿Por qué sigue encarnandose más y más en mi?
¿Por qué no puedo quiter su merara de la mía?...
¡Detente espectro!...
deten tu camino por favor.
